Pensar en grande hará que México sea autosuficiente



El Estado de Sonora, México, impulsa un plan para reactivar el gran proyecto PLHINO de agua, desalinización de agua de mar y energía nuclear, que garantiza AGUA Y ELECTRICIDAD abundante.



José Alfredo Félix Serna/


Dia de publicación: 2024-05-09


Recientemente, hemos visto al Gobierno del Estado de Sonora revivir dos propuestas importantes que podrían romper la prohibición impuesta a Sonora por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en ingles), una organización neomalthusiana del imperio financiero angloholandés. WWF, ha saboteado y detenido todos los grandes proyectos hídricos, como el Plan Hidráulico del Noroeste (PLHINO), así como todos los planes de desalinización del agua de mar. De este modo, ha condenado al Estado a continuar como una región desértica, con escasa población y sin posibilidad de desarrollo económico real. Sólo unas pocas familias se han beneficiado, utilizando la región como un gran feudo, con sólo el nivel básico de desarrollo económico para la agricultura, la ganadería y el comercio.

Pero hoy, esta visión oligárquica feudal puede acabar, ya que dos temas existenciales han sido puestos sobre la mesa de discusión en vísperas de las elecciones presidenciales del 2 de junio en México: el agua y la energía nuclear.

Los gobiernos de los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit reactivaron el PLHINO, y el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, anunció una inversión de ocho millones de pesos para actualizar sus estudios de factibilidad. Y en el foro “Energía Nuclear y Uranio en México”, celebrado en Sonora el 11 de abril y presidido por el Gobernador Durazo, planteó la necesidad de reactivar las industrias del uranio y la energía nuclear en México.

En una conferencia de prensa el 10 de abril, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), validó la necesidad de construir el gran proyecto hidráulico PLHINO, al decir que tales proyectos de infraestructura se harán realidad, y dijo: "Tenemos muy buenos ingenieros hidráulicos, ... que vengan los ingenieros hidráulicos, porque están haciendo cosas extraordinarias..."

Durante su gira de campaña, la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, habló en Hermosillo, Sonora, el 13 de abril. Allí mencionó que traer agua desde el estado de Nayarit (el proyecto PLHINO) es una de las opciones para solucionar el problema de crisis del agua, y que un equipo de expertos está trabajando en ello.

Para una mejor comprensión del significado de estos planes, recomendamos el artículo “La revolución del agua que no se puede posponer en México”, de Leonardo Espitia Jordán. https://archive.prometheanpac.com/the_water_revolution_that_cannot_be_postponed_in_mexico_thinking_big_is_key_to_the_new_mexican_american_alliance

¿Qué es “pensar en grande”?

Para algunos, “pensar en grande” significa construir gigantescos parques solares, enormes molinos de viento y sistemas de almacenamiento con baterías del tamaño de grandes edificios, imitando la tonta idea de la Torre de Babel. Pero fundamentalmente, pensar en grande tiene que ver con el principio de aumentar la densidad relativa de potencial población, descubierto por Lyndon LaRouche en su Ciencia de la economía física.

La importancia de este principio, es que sólo así se podrá garantizar un futuro de prosperidad y felicidad para la humanidad. En términos de evolución, este principio siempre ha estado presente en nuestra historia como especie. Empíricamente, demuestra la capacidad creativa del ser humano para descubrir o crear nuevas fuentes de energía que permitan progresar y satisfacer las necesidades de una población en crecimiento. Esto lo hacemos a través de saltos cognitivos hacia niveles superiores de organización, que sea coherente y co-participativo con el principio de entropía negativa del Universo—y es lo que nos distingue de los animales.

AMLO y el Sureste.

Los detractores del presidente AMLO lo acusan de ignorar el Norte del país y concentrarse sólo en el Sureste. Olvidan que otras naciones en circunstancias similares, también invirtieron su máximo esfuerzo en construir infraestructura en una zona específica del país. Este fue el caso en los Estados Unidos con la Autoridad del Valle de Tennessee de Franklin Roosevelt. China hizo lo mismo a partir de 1980 en sus Zonas Económicas Especiales, donde se intensificó la inversión en infraestructura, industria y alta tecnología.

Hoy vemos, para pesar de quienes sistemáticamente han apostado al fracaso desde el inicio del sexenio de AMLO, un México mejor posicionado económicamente, interna y externamente, y con capacidad para responder a las necesidades de agua, energía y transporte de una nación. que aspira a ser una potencia económica.

No estaríamos hoy en esta situación si se hubieran cancelado los grandes proyectos y el rescate soberano de la industria energética. Ni la pandemia, ni la guerra de Ucrania, ni los ataques sucios desde varios flancos han detenido a AMLO. Aunque finalizará su mandato en unos meses, dejará tras de sí el camino hacia el siguiente nivel de desarrollo, lo cual es un gran desafío para quien el pueblo elija para tomar el timón de México. El sucesor de AMLO tiene la gran responsabilidad de conducir a esta nación hacia la prosperidad y felicidad de todos sus habitantes, y de colaborar en la construcción de un Nuevo Orden Mundial más justo para todas las naciones del mundo.

Pero… Estamos al filo de la navaja.

Los medios de comunicación hoy nos mantienen al tanto de un mundo sumido en una profunda crisis existencial que amenaza con ser la última, ya sea que sucumba a una guerra nuclear global o a la imposición de un orden oscurantista verde bajo la falsa bandera de la paz. No hay país en la Tierra que pueda escapar de esta realidad, y es aquí donde México debe actuar para que, además de luchar por su justa supervivencia soberana, también se comprometa a luchar junto a los países aliados, como lo ha hecho antes. Esos períodos históricos son los que le han permitido avanzar y consolidarse como República.

En la mejor tradición de su pasado histórico, México debería actuar con un aliado natural –aquellas fuerzas que representan la mejor tradición republicana de Estados Unidos– con quien ha peleado y ganado batallas históricas. Los dos países lucharon contra el enemigo común, la oligarquía angloholandesa, durante los tiempos de Lincoln, Franklin Roosevelt, Kennedy y LaRouche en Estados Unidos, y de Juárez, Cárdenas y López Portillo en México. Los presidentes Trump y AMLO, en medio de la pandemia, también mostraron al mundo cómo colaborar, y lo hicieron desde el momento en que AMLO fue declarado ganador en las elecciones de México de 2018.

Uno de esos momentos históricos de gran relevancia fue la firma del Acuerdo de Bretton Woods en 1944, en el que México jugó un papel clave para llevar adelante el plan propuesto por Roosevelt. México movilizó a los países de América Latina e hizo contar su voz, para que fueran incluidos en los planes de desarrollo del nuevo sistema de Bretton Woods.

Hoy, la historia nos ha colocado ante otro momento histórico en el que México y Estados Unidos pueden y deben actuar al mismo nivel de liderazgo, y salir de la trampa geopolítica e ideológica a la que nos está llevando la oligarquía. Esa trampa es una confrontación del Norte Global contra el Sur Global, de derecha versus izquierda. De un Estados Unidos alineado con figuras como Milei de Argentina, Bolsonaro de Brasil y Bukele de El Salvador, como una facción de ultraderecha que defiende la "libertad", la "democracia" y la "libre empresa", frente a un México que se alinea a la izquierda con los países en la esfera de influencia de los BRICS y con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, ambos impulsando la agenda verde. Si los próximos presidentes de Estados Unidos y México quedan atrapados en ese escenario, será el fin de la República y el triunfo de la pérfida Albión.

Por una verdadera doctrina Monroe.

La Doctrina Monroe, el Sistema de Bretton Woods y la Alianza para el Progreso tuvieron sus momentos de gloria, pero su verdadero espíritu fue subvertido por el Imperio Británico, a tal punto que hoy los dos primeros son vistos como una política imperialista estadounidense de convertir a sus vecinos al sur de su frontera en su patio trasero privado.

La verdad del asunto es que esto sucedió cuando John Quincy Adams, Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy murieron o fueron asesinados, y el gobierno de Estados Unidos quedó bajo el dominio de agentes británicos.

Si queremos evitar el trágico destino al que nos conduce la oligarquía angloholandesa, será porque Estados Unidos recupera el espíritu que lo llevó a ser una gran nación preocupada por el futuro de las demás naciones del mundo, compartiendo un futuro de paz con desarrollo entre naciones soberanas. Este enfoque queda claro en el artículo de Tony Papert "Cómo la verdadera doctrina Monroe podría bloquear la campaña bélica de Biden" https://www.prometheanaction.com/how-the-real-monroe-doctrine-could-block-bidens-war-drive / .

Ha llegado el momento de proyectos de agua, energía, ferrocarriles y más.

Lo que define el tipo de proyectos a construir es la ciencia de la Economía Física, pero primero debemos evitar que una Guerra Mundial nos extinga. Ambas cosas tienen en común que podrían lograrse si los líderes de las naciones más poderosas del mundo (comenzando por las cuatro potencias de Estados Unidos, Rusia, China e India) se sentaran a discutir los términos de un Acuerdo de Paz Mundial basado en sobre los principios rooseveltiano de Bretton Woods. Dichos términos se resumen en el artículo "El antídoto contra la eterna guerra euroasiática de la OTAN: las cuatro potencias de Lyndon LaRouche". https://archive.prometheanpac.com/the_antidote_to_nato_s_forever_eurasian_war_lyndon_larouche_s_four_powers

Si hay una persona que puede sentarse con las otras potencias a construir ese Plan de Paz es Donald Trump. Y si se repite el tipo de alianza histórica de Bretton Woods, donde naciones como México participan nuevamente y se escucha su voz “pensando en grande” –donde entran en juego PLHINO, energía nuclear y otras grandes obras de infraestructura– entonces la República ganará y también el mundo.

El autor ha sido muy influenciado por tres personas: su padre, quien trabajó como especialista práctico en crédito y gestión técnica de parcelas ejidales en el Valle del Mayo, en el sur del estado de Sonora; su abuelo paterno, quien fue uno de los fundadores del primer ejido de México, el Ejido el Claro del Municipio de Santa Ana Sonora, creado el 13 de julio de 1917 con el General Venustiano Carranza como presidente; y finalmente Lyndon LaRouche y sus ideas humanistas, desde 1975 hasta la fecha, quien ha sido decisivo en su percepción de la realidad y búsqueda de la verdad. (El autor no tiene relación ni afiliación con Helga Zepp LaRouche).


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