Los Cruzaditos
Ricardo Raphael/
Dia de publicación: 2023-09-18
Detrás de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica, Cruzados de Cristo Rey, fundada en 1971, se encuentra la Organización del Bien Común, mejor conocida como el Yunque. Durante cuarenta años ha sido un espacio de adoctrinamiento sectario para formar militantes radicalizados de la ultraderecha católica.
Esta organización recluta varones adolescentes que son convocados a supuestos retiros de oración en los que, ahora se sabe, por años se ha practicado el abuso sexual. El caso más escandaloso es el del padre José Víctor Ortiz Montes, autor del manual de oración de los Cruzados de Cristo Rey, quien, en 2017, fue expulsado por el Vaticano de la Iglesia Católica, una vez que se comprobó que se trata de un pederasta recurrente.
La primera denuncia contra este dirigente de los Cruzaditos, como se conoce a los jóvenes movilizados por los Cruzados de Cristo Rey, sucedió en el año de 2003. Sin embargo, la Arquidiócesis Primada de México no hizo nada. La explicación más obvia de esta inacción es que el exsacerdote Ortiz, al mismo tiempo que organizaba los retiros donde abusaba de los niños, era el secretario particular de Norberto Rivera, entonces cabeza de la misma institución que debía investigarlo.
Catorce años transcurrieron sin que este depredador sexual fuese llamado a cuentas por la jerarquía de la Iglesia Católica mexicana. Cuando el Vaticano resolvió a favor de las víctimas que lo denunciaron, a regañadientes la Arquidiócesis mexicana hizo públicos los delitos por los que se le habría retirado el ministerio y los hábitos.
Según un reportaje publicado ayer por Juan Omar Fierro y otros colegas, en el sitio Aristegui Noticias, a pesar de la sentencia vaticana, José Víctor Ortiz no ha sido procesado por la justicia mexicana. La Fiscalía General de la República informó no haber encontrado un solo expediente abierto en su contra. Tal impunidad puede explicarse por las relaciones políticas que el perpetrador tejió gracias a su cercanía con Norberto Rivera.
Zoom: A pesar de que el Vaticano lo condenó por pederasta, el exsacerdote, José Víctor Ortiz Montes, goza de libertad. El encubrimiento por varias décadas de este depredador sexual únicamente puede explicarse por la complicidad de las autoridades religiosas con las civiles.
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Detrás de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica, Cruzados de Cristo Rey, fundada en 1971, se encuentra la Organización del Bien Común, mejor conocida como el Yunque. Durante cuarenta años ha sido un espacio de adoctrinamiento sectario para formar militantes radicalizados de la ultraderecha católica.
Esta organización recluta varones adolescentes que son convocados a supuestos retiros de oración en los que, ahora se sabe, por años se ha practicado el abuso sexual. El caso más escandaloso es el del padre José Víctor Ortiz Montes, autor del manual de oración de los Cruzados de Cristo Rey, quien, en 2017, fue expulsado por el Vaticano de la Iglesia Católica, una vez que se comprobó que se trata de un pederasta recurrente.
La primera denuncia contra este dirigente de los Cruzaditos, como se conoce a los jóvenes movilizados por los Cruzados de Cristo Rey, sucedió en el año de 2003. Sin embargo, la Arquidiócesis Primada de México no hizo nada. La explicación más obvia de esta inacción es que el exsacerdote Ortiz, al mismo tiempo que organizaba los retiros donde abusaba de los niños, era el secretario particular de Norberto Rivera, entonces cabeza de la misma institución que debía investigarlo.
Catorce años transcurrieron sin que este depredador sexual fuese llamado a cuentas por la jerarquía de la Iglesia Católica mexicana. Cuando el Vaticano resolvió a favor de las víctimas que lo denunciaron, a regañadientes la Arquidiócesis mexicana hizo públicos los delitos por los que se le habría retirado el ministerio y los hábitos.
Según un reportaje publicado ayer por Juan Omar Fierro y otros colegas, en el sitio Aristegui Noticias, a pesar de la sentencia vaticana, José Víctor Ortiz no ha sido procesado por la justicia mexicana. La Fiscalía General de la República informó no haber encontrado un solo expediente abierto en su contra. Tal impunidad puede explicarse por las relaciones políticas que el perpetrador tejió gracias a su cercanía con Norberto Rivera.
Zoom: A pesar de que el Vaticano lo condenó por pederasta, el exsacerdote, José Víctor Ortiz Montes, goza de libertad. El encubrimiento por varias décadas de este depredador sexual únicamente puede explicarse por la complicidad de las autoridades religiosas con las civiles.
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